julio 28, 2009

Los 5 tipos de usuario de MSN que deberían haber viajado en el lugar de los astronautas del Challenger

Hace unos días el MSN cumplió una década. No es mucho tiempo, teniendo en cuenta que el mail nació hace más de tres. Sin embargo, en estos 10 años, un cúmulo de usuarios de MSN han sabido ganarse montañas de insultos reprimidos (o no) y han hecho de esta aplicación un arma poderosa contra la inteligencia.
Aquí, los cinco tipos de usuario de MSN que deberían haber viajado en lugar de los astronautas del Challeger y por lo menos servir a la humanidad como fuegos de artificio.

El mono zumbador
Este homúnculo, que debería ir y venir del estrecho de Bering a Ushuaia de rodillas y sobre un camino de arroz, no tiene otra cosa que hacer de su inútil existencia más que molestar al resto. Es aquel que no contento con saludarnos una docena de veces, y viendo que no le contestamos, envía repetidos zumbidos.
Querido mico falto de todo concepto de dignidad: si nadie contesta a sus llamados de atención y desesperados intentos por ser parte por un milisegundo del género humano, ¿Por qué cuernos suponés que haciendo zumbar mi computadora al ritmo encloquecido de su estupidez vas a logar lo contrario?

El Nickófilo
Este humanoide cuyo único objetivo en la vida es conseguir que alguien recuerde su nombre, supone que el sector donde uno debe ubicar su nick, y alguna otra frase ad-hoc (¿a qué mente brillante se le ocurrió poner ese espacio?, ¿no bastaba con el primero para hacer de nuestra vida un infierno?), decíamos, supone que ese espacio esta destinado a demostrar una creatividad y una inteligencia que el susodicho humanoide está a años luz de poseer.
Entonces, te rogamos, oh recalcitrante tarad@: no pongas frases cursis, imbéciles y/o citas literarias para hacerte notar. Si nadie te habla es porque a nadie le interesa lo que tenés para decir (ni durante un chat ni en tu nick).
No queremos saber si te estas bañando, si estás comiendo un guiso de mondongo o si te duele la muela. Para eso esta Twitter.
Remite a poner tu nombre o algún seudónimo que no te obligue a pensar demasiado. Lo sentimos, pero no has nacido para semejante tarea.

El hipersensible
Esta personificación del complejo de inferioridad pretende que uno se desviva por comentarle con lujo de detalles cómo es que hizo para ir hasta el kiosco y comprar un paquete de pastillas. De lo contrario, si uno se limita a describir este hecho como una persona mas o menos normal (tampoco vamos a exagerar), empieza a preguntar: “¿te pasa algo?, ¿estás enojad@? sonás rar@”, y una serie interminable de frases por el estilo, que no hacen más que estrechar nuestra ya reducida expresividad para con el homúnculo.
Por ello, miserable exponente de la nula autoestima, si se te responde ya te encontrás ante una muestra de la más alta misericordia y generosidad, no pidas, además, que usemos un medio como el chat para cantarle loas a la vida y a la felicidad. Si necesitás alegría, ponete un video de Xuxa.

El emopsicótico
Esta subespecie del hipersensible, no contento con reclamar una expresividad que no poseemos, incluye un emoticón cada dos palabras (esos dibujitos, animaciones y otras estupideces inventadas al abrigo del MSN, que deberían ser abolidas para el bien de la humanidad toda) suponiendo que en eso consiste demostrar sentimientos.
Incluso, al tener tantos de estos implementos en su aplicación, cada sílaba de lo que escribe ES un emoticón, lo que resulta en una absoluta incomprensión de lo que está queriendo decir.
Estimado gusano: ya es una tortura leer las estupideces que tenés para decir. Te suplicamos, entonces, que no nos hagas la vida mas miserable adosando a cada pavada el dibujito de un pingüino que regala corazones, o peor aun, a Mafalda teniendo sexo con Miguelito. No nos interesa el humor gráfico de ese estilo (carente de humor y de desarrollo grafico). Si no podés escribir sin utilizar esos adminículos apestosos, por favor, abstenete de escribirnos.

El vurro
And last, but not least (¿ven, amigos que este es un blog currrrto?), encontramos al púber imberbe que habla en lenguas endemoniadas junto al asno cuyo cerebro nunca pasó de primer grado (y la vida, pura generosidad, hasta le consiguió trabajo) y escribe con unos horrores ortográficos tan espeluznantes que ni un integrante de la real academia podría imaginar en sus peores pesadillas.
Los ubicamos en la misma categoría, porque, muchos adultos se caracterizan por las burradas que son capaces de escribir, pero los púberes, creen poseer un idioma inventado cuando, en realidad, no están haciendo más que destrozar el castellano.
Por ello, adorado hombrecillo de las cavernas, que te comunicas mediante palabras incomprensibles (porque “avia”, “yubia”, “ke” y cosas semejantes son cualquier cosa menos palabras con algún significado) y sonidos guturales, te rogamos, te suplicamos, y te amenzamos con un látigo de tres puntas con el que te desollaremos: ¡toma entre tus manos un diccionario, y aprende! Luego, existe.

Este fue un servicio más de Ciberviviendo, en pos de un mundo menos idiotizado.

julio 21, 2009

Por qué la lluvia puede matarl@


El clima suele ser ese pretexto que utilizamos desesperadamente para romper el silencio cuando debemos compartir el ascensor con viej@s decrépit@s que hacen ruido con los dientes postizos, o bien con vecin@s jóvenes e intrigantes a quien nos gustaría conocer (lo que no es nuestro caso, ya que carecemos de suerte y/o de vecin@s jóvenes).
“¡Que frio!”, “¿vio cómo llueve?”, etc., son algunas de las frases más estúpidas que se le conocen al género humano, y no mejoraran jamás.
Por eso, y con la coherencia que nos caracteriza, este blog se propone hablar del clima.
¿Vio como llueve? Bueno, entonces trate de no salir de la cama, o esté preparado para cualquiera de estos 3 escenarios.


Escenario 1
Usted abre la persiana: llueve a cántaros. Usted se deprime. Se dirige al sucucho lleno de porquerías que denomina escritorio y prende la PC para comenzar su día laboral.
No le funciona Internet. Usted se deprime aun más.
Espera un rato. Se toma un café cargado con tres medialunas. Vuelve: internet sigue caído.
Con desesperación empieza a caminar por la casa buscando robarle la señal inalámbrica a algún vecino bondadoso. No tiene éxito.
Su depresión se convierte en congoja: usted se da cuenta que la compañía que le brinda Internet, además de ser una bazofia, lo está obligando a salir de su casa (o ese sucucho roñoso que usted denomina casa)
Usted sale, vestido como un refugiado bosnio. Se moja, mucho.
Entra al primer bar que encuentra con wifi (como vive en un barrio demasiado residencial, ese bar está a diez cuadras.)
Pide un café. Prende la PC. Internet no anda.
“Ah, es por la lluvia”, le dice el mozo, mirando por la ventana en lontananza.
Su depresión se convierte en ira.
“¿Y no me podías decir antes?”
“Es que andaba hasta recién eh.”
Cuando, tres horas después, usted puede conectarse a Internet, recibe un mail con una oferta de trabajo que podría cambiar su miserable existencia. Pero, lamentablemente el tiempo para enviar la aplicación terminó hace 2 hs.
Usted termina el día en la sala de guardia al intentar cortarse las venas con una galletita de agua.

Escenario 2
Usted abre la persiana: llueve a cántaros. Usted se deprime.
Se viste como un refugiado bosnio porque no quiere ensuciar su mejor ropa (las únicas dos prendas decentes que tiene en el placard y que usa para los casamientos y funerales).
Toma un colectivo/tren atestado de humanoides sudorosos y mojados por la lluvia. Llega a su lugar de trabajo (o ese edificio infecto que denomina oficina). Todos están con cara de culo. Usted se deprime aun más.
A su jefe no se le ocurre mejor idea que mandarlo al centro “a hacer unos trámites urgentes”.
Su depresión se convierte en ira.
Usted sale. El centro está repleto de humanoides descerebrados que nunca aprendieron a usar un paraguas. Además de su estupidez supina con el elemento, todos caminan debajo de los techos.
Suena el teléfono celular. Es su jefe que le pregunta algo por mensaje de texto.
Usted siente cómo la vena principal del lóbulo frontal late rítmicamente.
Empieza a contestar el mensaje de texto mientras sortea los obstáculos que se le ponen en el camino (puntas de paraguas, baldosas rotas, taxistas demasiado enérgicos, etc).

Cuando está terminando, levanta la cabeza y un homúnculo aparaguado lo lleva por delante.
Usted termina el día en la sala de guardia con un ojo menos. (Y luego lo echan por tuerto, aunque su jefe aduce que el problema siempre fue su desempeño laboral.)

Escenario 3
Usted abre la persiana: llueve a cántaros. Usted se deprime.
Decide que lo mejor es ir a trabajar con el auto (usted nunca fue de tomar las decisiones más acertadas).
Hace dos cuadras y se detiene en un atascamiento de tránsito.
Aprovecha para prender la radio y conectar su teléfono celular al “blu tut”, como usted denomina al sistema de manos libres.

El locutor le anuncia que debido a los 15 mm de lluvia que cayeron en cinco segundos la mitad de la ciudad se encuentra inundada y hay demoras de tres a cuatro horas en todas las avenidas y calles principales.
Esto lo escucha a medias debido a que los humanoides que conducen los autos a su alrededor tocan bocina ininterrumpidamente.
Su depresión se convierte en ira.
Suena el teléfono. Es el cliente principal de su empresa que le pide una reunión para hoy mismo porque tiene un negocio importantísimo para ofrecerle.
Usted le anuncia que está atascado en el tráfico, pero hará todo lo posible por llegar.
A los cincuenta minutos usted hizo dos cuadras. La sinfonía bocinezca continúa.
Avanza unos metros y queda atrapado en una intersección. Los bocinazos aumentan y le están especialmente dirigidos. Escucha algunos insultos.
Entonces vuelve a sonar el teléfono. Es su cliente que le hace una pregunta.
Las bocinas no lo dejan escuchar bien. Usted grita. Su cliente grita que no lo escucha.
Entonces, ya harto, baja la ventanilla e insulta al condutor que tiene al costado y que lo está dejando sordo.
Su cliente, que ahora lo escucha perfectamente, lo manda a cagar.
Usted sale del auto a los gritos y sufre un paro cardiaco. El conductor medio tarado que le tocaba bocina llama al 911.
Usted termina el día muerto en la sala de guardias. Es que la ambulancia no pudo llegar a tiempo… por la lluvia.

julio 17, 2009

Manifiesto por un mundo sin día del amigo y demás festejos similares

Nosotros, festejadores compulsivos y medio borrachos, que no precisan de ninguna excusa para levantar una copa rebosante de algun elixir alcoholico, y menos aun si esa excusa es impuesta por unos señores que se llenan los bolsillos con la alegría del pueblo (bastante dado a llenarle los bolsillos a la gente equivocada), en este acto queremos manifestar que:

NO ESTAMOS DISPUESTOS a comprar ningun objeto/chucheria/golosina-rancia para ser reglada a ningún humanoide con el pretexto de que somos sus amigos (o queremos serlo).
Menos aun, si nuestras verdaderas intenciones son de orden sexual. (Somos valientes, y permanentemente rechazados, pero valientes al fin.)


NO ASISTIREMOS a ningún mitín organizado por el bufón de la empresa, que viene llenado nuestra casilla de correo electrónico hace un mes, para confirmar nuestra presencia y contabilizar la cantidad de dinero que “hay que poner en la reserva”.
Tenemos conocimiento suficiente para decir que esas fiestas son una ignominia para el género humano, que alguien que le dice “amigo” a sus compañeros de oficina es un verdadero pelmazo, y que el día posterior a la fiesta el jefe seguirá siendo ese homúnculo despreciable que vendería a su madre con tal de ganar cincuenta centavos más.

NO PARTICIPAREMOS de ninguna promoción/sorteo destinado a vendernos productos a todas vistas inútiles con el único fin de ganarnos la cena amiguera que, como queda claro, no estábamos dispuestos a pagar. (eso es amistad? Yo pensé que tenía que ver con la generosidad o algo así)

ORGANIZAREMOS EL EMPALAMIENTO colectivo en Plaza de Mayo de todos aquellos que nos envíen un mail con:

- Nuestra dirección de correo oculta. Si vas sumarte a los festejos por lo menos tené la decencia de enviar un mail personalizado a cada uno de los que consideras tus amigos. Si mand{as el mismo mail a 40 personas con copia oculta no sólo no sos mi amigo, sos una rata despreciable.
- T
arjetas animadas de un osito panda que canta en japones mientras le llueven corazones de colores.
- Poemas cursis y faltos de cualquier tipo de vuelo literario con los significados y profundidades de lo que es ser un "amigo verdadero". (Amistad es saber que ese poema me da vómitos)
- Powerpionts con animalitos abrazándose, o cualquier otra deformación similar, que atente contra el buen gusto y la decencia.
- Publicidades virales de cualquier marca por las cuales el saludo del dia del amigo es realizado por un jugador de futbol que esta ganando fortuna mientras vos me molestas, o alguna vedette tetona de la que nadie recuerda el nombre porque solo conocemos su trasero operado.


NOS EMBARCAREMOS en la persecución policiaca y posterior molienda a palos de todos aquellos expatriados por voluntad propia (porque ser sudacas les daba un poco de asco) que en estas fechas mandan mails empalagosos porque se acuerdan de sus "raíces", "lo que han dejado atrás", y toda una sarta de porquerías similares, producto de que en el país en el que ahora viven están más solos que un hongo (porque ser sudaca les da un poco de impresión a sus vecinos, que temen ser asaltados o estar saliendo con un narcotraficante).

DENUNCIAREMOS ANTE EL AGENTE RECAUDADOR DE IMPUESTOS y enviaremos la dirección postal a todos los acreedores de aquellos imberbes que envíen mensajes de texto a todas su lista de contactos con frases supuestamente graciosas, o por el contrario, absolutamente faltas de sentimiento. Si ni siquiera sabes a quien le decis feliz dia, tu concepto de la amistad es una bazofia.

Y por ultimo, PREGONAREMOS hasta el cansancio y hasta que las autoridades nos saquen a patadas que: los 5000 followers de Twitter no son tus amigos (ni siquera leen las pavadas que decis durante todo el día), los 458 amigos de Facebook no son tales, como no son amigos los púberes que entran a tu fotolog y te dicen "te quiero mucho" sin ni siquera saber cómo te llamás. (Y si sos un emo no deberias tener amigos, asi sufris la soledad de la existencia como corresponde).

Todos aquellos que compartan nuestro ideario emancipador de fiestas foraneas y sin sentido, ÚNANSE A LA CAUSA, y publiquen este manifiesto.
De lo contrario, en poco tiempo, nos veremos rodeados de miserables festejando (y queriendo que nosotros nos sumemos a los festejos) "el día del chancho rengo" cuyo ritual consiste en llevar un plumero enclavado en las partes pudendas durante 24 hs.

Digámosle NO a la alegría calendarizada.
Luchemos por un mundo menos imbécil.

Ciberviviendo.
Un blog comprometido con la humanidad.

julio 14, 2009

¿Usted no sabe cómo pasó todo un día sin hacer un pito? ¡Ciberviviendo le responde!

8.40 Llega (tarde, como todos los días) y se escabulle hasta su box para no ser visto por la de RRHH. Prende la computadora.
Como la misma es una catramina del año ´20 aprovecha para ir hasta la cocina y prepararse un café
Vuelve a su lugar. Además del café se trajo unas galletitas cuyas migas está desparramando por el teclado y el escritorio.
En ese momento se da cuenta de que su espacio de trabajo apesta. Este pensamiento desaparece al ver que la PC esta lista para usar.

9.00 Abre el correo laboral. Entran 80 mails nuevos. Minimiza la ventana.
9.01 Entra a sus cuentas de Gmail, Yahoo, y Hotmail. (Su psicólogo sabía de lo que hablaba cuando le diagnosticó personalidades múltiples.)
A pesar de que la cantidad de spam y cadenas con powerpoint inmundos son mayoría, se encarga de leer cada uno de los mails (y mirar cada uno de los ppt) “por las dudas sea algo importante”.
Entra MSN (su jefe decidió que aquellos que chatearan iban a ser sancionados, pero usted decidió que le importa un cuerno).
Hay dos humanoides conectados. Saluda a ambos. Nadie le responde.
Envía sendos zumbidos (sépalo, por eso nadie le responde).

9.30 Vuelve a la casilla de correo laboral. Sus mails suman 87. Contesta los últimos tres, al mismo tiempo lee los titulares del diario N°1.

9.35 Bosteza. Decide ir a prepararse otro café. En la cocina se queda hipnotizado mirando las burbujas del bidón de agua.
Cuando vuelve, uno de los contactos de MSN le contesta. Chatea. Mientras, lee los titulares del diario N°2.
Abre el Twitter (por suerte su jefe todavía no sabe qué es eso).
Twittea “gracias a dios mi jefe aun no sabe lo que es esto.”
Le contesta el humanoide N°2. Chatea con él. Mientras, entra a cada uno de los links que le envían a Twitter (no importa si se trata del último escándalo protagonizado por Zulma Lobato o el estado político de Chagarkistán, usted lee todo porque se considera una persona muy informada).

10.35 Lo llama su jefe (que recién llega). Usted no tiene la mas mínima idea de lo que le habla. Trata de contener la risa porque esta mirando un video en youtube y le dice que sí a todo lo que le pregunta.

10.40 vuelve a abrir el mail laboral. Contesta 5 mails y borra 50 porque le parece que están de más.

11.00 Entra al diario N°3. Y luego al diario deportivo. Envía las noticias que le parecen importantes a Twitter, mientras, las comenta con los humanoides del MSN que son cada vez más.
Se asombra de su poder para hacer tantas cosas al mismo tiempo. Le parece que su pareja no reconoce esta característica suya como debería.


12.30 Mira el relojito de la derecha. Twittea “¡cómo se pasó la mañana! Qué lija.” y se va almorzar.
Se toma dos horas de almuerzo, total su jefe se fue a una reunión.

14.30 Vuelve. Decide ir a prepararse un café porque el lechón relleno y el flan con dulce de leche que se acaba de comer le dieron sueño.
Se queda hipnotizado con las burbujas del bidón de agua.

14.45 Abre sus mails laborales. Hay 10 nuevos cuyo asunto es “vos estas enferm@?.” Se percata de que le envió a todo el directorio de la empresa una foto de un teletubie teniendo sexo con Pucca.
Le parece comiquísimo, y lo Twittea. También se lo comenta a sus contactos de MSN.

15.00 se da cuenta de que se olvidó algo muy importante: nunca abrió el Facebook. Se propone buscar a su novia de séptimo grado para ver si sigue siendo aquel bagarto que usted recuerda (lo que no recuerda es que usted era aun más bagarto).
Hace un test cuyo resultado es: “Oprha Winfrey”. Le parece que está bien.

16.00 Su jefe lo vuelve a llamar (recién llega). Le pregunta qué quiere decir la foto del teletubie. Usted le comunica que tiene un virus en su pc y le echa la culpa al “pibe de sistemas, que se la pasa todo el día chateando”.

16.05 Para hacer buena letra contesta 5 mails laborales más. 4 de ellos sólo llevan la palabra “ok”. No sabe a lo que asiente, pero le parece que no es importante.

16.15 entra al blog de un contacto de Twitter. Después de leer el post entra a uno de los links del blogroll. Así, sigue.

17.00 Llega a Ciberviviendo y lee este post.

Lo felicitamos, usted trabajó media hora.
Ahora puede contestarle a su pareja qué es lo que hizo todo el día. “No sé” nunca fue una buena respuesta.

Si le gustó este post, comente, twittee… en fin, haga lo que mejor le sale. De esta manera nos hará un favor, y además, llegara fácilmente a las 17.50, horario en el que decide que ya trabajó demasiado y se va, escabulléndose para que no lo vea la de RRHH.

Desde ya le agradecemos.
Vuelva pronto y buena suerte (la necesitará, teniendo en cuenta que lo más probables es que lo despidan por improductividad y estupidez extremas.)



julio 10, 2009

Razones por las que la Wii puede hacer su vida aun más miserable

La consola de videojuegos Wii es uno de los últimos desarrollos tecnológicos de Nintendo, creado supuestamente para hacer nuestra existencia más entretenida y excitante.
Desde este blog, sin embargo, queremos denunciar la potencia destructiva de lo que aparece como un inocente aparatito blanco con controles acolchaditos. Por ello, y sin temor a la censura del gigante industrial de videojuegos (por la nula importancia que tienen nuestras palabras para esta gente, y para el resto del mundo) demostraremos, mediante un listado de seis razones, por qué la wWi puede hacer su vida aun más miserable.
Después no digan que no les avisamos.

1. Su hogar se convierte repentinamente en un jardín de infantes (y usted en esa maestra histérica y resentida que siempre aborreció)

Usted, que nunca comprendió la fijación malsana de la gente en querer reproducir la especie, verá con asombro cómo de un día para otro el living de su casa comienza a llenarse de sobrinitos, vecinitos, o cualquier otro homúnculo en diminutivo, deseoso de usar su Wii.
Como resultado perderá el poco equilibrio mental que luchaba por conservar, y verá destrozados sus más preciados valores (porque ningún niño entenderá jamás la frase “eso no se toca”). Además, verá acumularse la mugre en los mandos del aparato y en el resto de la casa en forma de manchas de dulce de leche sobre los sillones, pedazos de pizza debajo de los muebles y restos de mcnífica en el cajón de su mesa de luz.

Este escenario se repetirá en el caso de que usted ya haya llevado adelante esa fijación malsana de querer reproducir la especie y tenga entre sus efectos personales un pequeño humanoide que se le parece, y que se encargará de invitar a su casa a todos sus amiguitos pobres (o cuyos progenitores no claudicaron ante los aullidos pedigüeños del niño) que no tienen Wii en su casa.

2. De pronto su popularidad crece entre sus amigos y conocidos
Los semihumanos que tiene por amigos, enterados de la nueva adquisición, comenzarán a aparecer en la puerta de su casa, con el estómago, los bolsillos y las manos vacías (como es su costumbre) para llevar adelante campeonatos maratónicos de, póngale, Bowling. Esta situación lo alegrará al principio.

Lamentamos decirle que al poco tiempo usted recordará por qué decidió dejar de ver a esos desubicados después del viaje de egresados. Pero ya será tarde.


3. Su casa no sólo no está en orden, está en ruinas
Al malón de humanoides grandes y chicos que ahora pasan por su hogar para hacer uso de la consola y el resto de las instalaciones, con el consiguiente desastre que ello supone, se sumará la irrefrenable estupidez de muchos de ellos (usted incluido) que:
a-No se ponen la correa del mando a distancia, cuyo extremo termina incrustado y haciendo pedazos la ventana, el televisor, o ese jarrón de la dinastía ming que usted añoraba vender por millones.
b- Se ponen la correa del mando a distancia pero en su infinita imbecilidad realizan movimientos tan exagerados que un inocente juego de béisbol puede terminar con todos los adornos, lámparas y el mismo televisor hecho añicos. Este tipo de jugadores incluso puede lesionar a los demás, rompiendo a su paso extremidades ajenas.

4. El consorcio decide desalojarlo de su departamento
Es comprensible que sus vecinos se quejen ante la administración por los ruidos molestos que provienen de su departamento. Incluso la vieja sorda del piso superior puede escuchar los vítores, imprecaciones y puteadas de toda laya que usted y/o sus acompañantes profieren a cualquier hora, cualquier día de la semana, mientras desarrollan sus sesiones Wii.
Sépalo, la gente no es muy compresiva, y menos si la excusa del griterío proveniente de su casa es que usted acaba de convertirse en profesional del tenis en el Wii Sports.

5. Su obra social lo desafilia y en el hospital público lo muelen a trompadas por imbécil
Es normal, a estas alturas, que usted pase cuatro o más horas frente a la pantalla jugando al Top Spin. También es normal que esa masa informe de carne que sólo desplaza de la cama al living y del living a la computadora y que usted denomina “cuerpo” se resienta frente a tamaña actividad.

Lo que no es normal es que usted aparezca cada siete días en la sala de guardia con el brazo derecho totalmente inutilizado por el dolor (o cualquier otra afección del estilo) y le comunique muy campante a su médico que se lo lesionó jugando a la Wii. Tampoco llame al trabajo y diga que no puede ir por esta causa.


Por favor, por su salud y la del resto del mundo mienta (y cuando juegue, deje de creer que es Federer. No está jugando la Roland Garros, está jugando un videojuego, por lo tanto, realice movimientos acordes, ¡por todos los santos!)


6. Usted pierde el poco respeto que le tenían en su comunidad
Todo lo anteriormente descripto se va sumando poco a poco en un fichero imaginario con su nombre y apellido y cuyo titulo es “razones por las que no se debe dirigir la palabra a este humanoide”.

Pero, hay algo que lo conduce directamente a la cima de la ridiculez y la carencia absoluta de vergüenza: la Wii Fit.
Usted se ha percatado de que esa masa grasienta que denomina cuerpo tiene el estado muscular de una ameba. Entonces, como es coherente con su forma de (no)pensar, decide que lo mejor que puede hacer es adquirir el implemento para hacer ejercicios de la Wii llamado Wii Balance.
A partir de ese momento, sus amigos, vecinos y familiares podrán asistir de manera gratuita a los siguientes shows en vivo: “sesiones de yoga de un tronco con forma humana”, “ejericicios aeróbicos de un borracho con alzheimer” y “demostraciones prácticas de lo que la radiación del celular y la comida chatarra provocan en el sistema nerviosos del hombre medio”.

Hágase un favor, si se compra la Wii Fit no comparta la noticia. Y cuando la use cierre todas las ventanas. Si usted carece de todo sentido del buen gusto, nosotros no tenemos la culpa.


Este ha sido otro servicio de Ciberviviendo para la comunidad.
Hasta la póxima, nos vemos prontos!

julio 07, 2009

Aviso parroquial

Este blog quiere anunciar que bajo ningún concepto se referirá en sus posts a la afamada gripe del cerdo para obtener, de esta manera, las visitas de usuarios de internet incautos. Somos impopulares pero tenemos orgullo.
Además, estamos re podridos del tema. Basta de médicos contestando preguntas insólitas, de bloggeros haciendo chistes y de reenviadores de mails compulsivos que te llenan la casilla con videos intructivos, tips para no contagiarse y demás informaciones (todas contradictorias entre sí, y que aumentan visiblemente nuestro desequilibrio mental.)
Llamamos a la buena voluntad de nuestros lectores para que difundan este pedido: hágale un favor al mundo, por hoy, no hable de la gripe porcina.
Eso es todo. Muchas gracias.

Los seis tipos de usuarios de e-mail que deberían ser encerrados en Guantánamo por siempre jamás

En junio pasado le entregaron el premio príncipe de Asturias al inventor del e-mail. Aunque no sabemos cuales son las implicancias del mismo aprovechamos la oportunidad para encaramamos en los festejos (cualquier oportunidad para encaramarse en algún festejo es buena) y desde aquí queremos honrar a este señor que ha cambiado nuestra manera de comunicarnos. ¿Cómo? De la mejor manera posible: defenestrando a todos aquellos usuarios que, 30 años después, siguen utilizando el correo electrónico para hacernos la vida más miserable.

Aquí, los seis tipos de usuarios de e-mail que deberían ser encerrados en Guantánamo por siempre jamás.


1. El asuntófilo

Usted, que nunca entendió para que servía esa casilla que dice “asunto”, se lo vamos a repetir una vez más: es para que en ella resuma en no más de tres palabras el tema principal de su correo.
Por lo tanto, el primer capítulo completo de Cien años de soledad no constituye un asunto. Poner “Hola” sin importar que en el cuerpo del mensaje nos esté comunicando un deceso, o nos esté insultando en cuatro idiomas, tampoco.

Si no sabe qué poner, absténgase de demostrar su falta abstracción y desarrollo intelectual en el asunto, seguramente lo haga en el resto del mail.

2. El mono aullador

Queridísimo saboteador de todo lo bueno que hay en este mundo, como bien le habrán explicado en el colegio primario (mientras le pegaban con una regla en los nudillos por asno) las mayúsculas se utilizan al principio de una oración y/o en los nombres propios y/o en las siglas.
Por lo tanto, ¿PUEDE SER QUE A 30 AÑOS DE SU UTILIZACIÓN USTED SIGA ESCRIBIENDO MAILS COMPLETOS COMO A LOS GRITOS? ¿EH? ¿PUEDE SER?

3. El púber imberbe

Ustedes que se creen súper modernos porque tienen 5 millones de sistemas disponibles para decir cualquier sandez, por favor, respeten a sus mayores: no escriban e-mails ininteligibles con ese pseudo lenguaje que dicen haber inventado y que en realidad es la contracción a onomatopeyas de nuestro hermoso vocabulario.
Querido púber, si me mandas un mail, tené la mínima decencia de escribir bien, para que pueda comprender al menos un 30% de lo que querés expresar. Con tus amiguitos hacé lo que quieras, pero sabelo, nuestras condiciones mentales no son las mejores como para tener que malograrlas más haciendo un esfuerzo sobrehumano por entender qué catzo quisiste decir con “arre”. (La vejez no viene sola, eso también podrías ir metiéndotelo en la cabeza)

4. La Madre

Las madres (las nuestras, no las forjadoras de la generación infame de floggers y emos que inundan nuestras calles) deberían limitarse a las 45 llamadas telefónicas que nos realizan diariamente para ver cómo andamos. Pero si sus ganas de escribir son irrefrenables, deberían hacerlo únicamente a través de cartas en papel perfumadito o postales con fotos de las Cataratas del Iguazú.
No conozco progenitora capaz de redactar un mail (ni un mensaje de texto) coherente. Ya no hablamos de la falta de asunto legible, ni del uso incorrecto de mayúsculas. Nos referimos a frases del estilo de “estoy tomando un cafecito”, “¿esto está bien?” y cosas semejantes, que lo dejan a uno pasmado, y pensando a quien salió tan sanito.

5. El próximo desempleado
Sabemos que el trabajo es un tipo de tortura socialmente aceptada. Si fuera placentero nadie nos estaría pagando por ello. Pero, querido oficinista cerebralmente aniquilado por las ocho horas diarias debajo de los tubos de luz fluorescente, de algo hay que vivir, y su comportamiento no lo está ayudando en esta tarea.
No nos referimos a su decisión de abrir una mesa de apuestas ilegal en su box, sino, de su estupidez mayúscula para responder mails.
Estimado trabajador inutilizado intelectualmente: hay dos tipos de formas de responder un e-mail, una es aquella por la cual usted le contesta a uno solo de sus contactos. La otra es la que le permite responder a todos. Sabemos que la diferencia es de sólo una palabra, pero las implicancias pueden ser enormes. Y más si usted se dedica a ponerle apodos a la mitad de sus compañeros y superiores, envía fotos de minas en bolas o anuncia que se acaba de desgraciar en la oficina de su jefe.
La próxima vez que se le ocurra algún comentario humorístico sobre el rendimiento sexual del dueño de la empresa, asegúrese de no estar copiándolo entre los contactos.
Este es un servicio gratuito para que conserve su trabajo (y todos los dientes).


6. El reenviador de cadenas compulsivo

Estimado homúnculo merecedor de todos los insultos existentes en los 400 dialectos y lenguas vivas y muertas que la humanidad conoce y conocerá: sepa que cuando usted decide reenviar cada uno de esos engendros que le llegan a la bandeja de entrada advirtiéndole sobre nuevos virus (que usted esparce en su infinita idiotez), presos políticos de Chagarkistan que necesitan de su filantropía para heredar fortunas, o loterías millonarias que gana mágicamente sin haber jugado, un círculo infernal se inaugura exclusivamente para torturarlo durante toda la eternidad.
Cada vez que usted nos envía esos powerpoints cursis con fotos de cachorros y musiquitas pegajosas, que además de horrendas pesan 40 megas, una manada de elefantes está esperando detrás de su puerta para convertirlo en una damajuana de vino patero.
Humanoide: los siete años de mala suerte que supone evitar al enviar a 10 contactos ese correo bazofia con un test de personalidad creado en la universidad nacional del inútil, lo incluye automáticamente en la lista de condenados a muerte de todos los países del mundo (incluidos aquellos en los que la pena de muerte es ilegal).
Si las diapositivas sobre diferencias entre los franceses y los argentinos, o la caracterización de 40 tipos de flatulencias con sus sonidos respectivos, o los chistes verdes de algún pederasta lo hacen descostillarse de la risa, a nosotros, no nos interesan. Ríase solo y déjenos vivir en paz.
Si es posible, elimine el botón “reenviar” de su servidor de correo, póngale un papelito encima en la pantalla, o, simplemente absténgase de enviar cualquier tipo de mail.
La humanidad le estará eternamente agradecida.


julio 01, 2009

Cuatro nobles verdades. Hoy, el columnista de tecnología en TV.

1. Para ser columnista sobre tecnología en TV, no importa cuánto sepa sobre los últimos avances tecnocientíficos, o si es el primer premio Pulitzer en 140 caracteres, sólo conseguirá el trabajo si usted tiene el aspecto del nerd que se enamora de la porrista tetona en la típica película norteamericana sobre la “prepa”.

2. El noventa por ciento de sus televidentes no entenderá jamás de qué cuernos está hablando. La excitación de sus movimientos corporales y la velocidad con la que dice las cosas no ayudan a este cometido. Que se ría como un simio con el último video de youtube frente a miles de televidentes, tampoco.

3. De lo anterior se desprende que: nadie, en toda su carrera profesional, se reirá jamás de sus chistes. La excepción a esta regla se dará cuando, puesto a hacer una demostración en vivo del último teléfono con rascador de espalda incorporado, el aparato explote misteriosamente provocándole quemaduras de tercer grado frente a cámaras. Lamentamos decirle que en ese caso, el chiste es usted.

4. Leer comentarios de blogs, Facebook o cualquier otra red social en cámara no es “hacer periodismo”. Tratar de vendernos el último teléfono celular con rascador de espalda incorporado porque usted recibe uno de regalo, tampoco. Que le teléfono le explote en cámara, lo hará famoso, aún así, seguirá sin ser periodista.