En una expedición financiada por el Humanoides Institue Research de Massachusetts (HIRMA), el último fin de semana Ciberviviendo tuvo la extraordinaria posibilidad de ver, en su propio hábitat, el modo de vida y las costumbres de una especie que constituye un verdadero misterio para nuestros científicos: el homúnculus púberis floggerianus.
Esta especie particular de humanoide, integrante del género púberis imberbus, habita mayormente los valles citadinos, aunque tenemos información de la existencia de floggerrianus montañeses y lacustres.
El homúnculus púberis floggerianus es fácil de reconocer entre la gran cantidad de púberis imberbus que habitan nuestro planeta. Los observadores menos avezados, sin embargo, suelen confundirlo con el humanus tristus, ya que ambos poseen la misma disposición en su pelaje: lacio y desplazado hacia uno de sus globos oculares (oculto como medida de supervivencia, para percibir depredadores cercanos). Sin embargo la diferencia es notoria: el púberis floggerianus presenta una gran cantidad de colores extendidos en su grácil figura, especialmente en las extremidades; mientras que el humanus tristus es reconocido por la carencia absoluta de color en su lomo y extremidades.
En nuestra observación pudimos constatar que estos individuos tienen una fascinación malsana con los objetos pulidos. La contemplación de su propia figura en cualquier superficie reflejante puede llevar horas y compromete otras actividades, como por ejemplo la alimentación.
En estos días, hemos tenido la posibilidad de ver cómo uno de estos individuos, de sexo femenino, ha estado tres horas arreglándose el jopo frente a la tapa de una olla.
Otra particularidad de estos homúnculos, es la rara deformación que presentan en una de sus extremidades anteriores, consecuencia de la utilización de una herramienta tecnológica: la cámara de fotos. Esta herramienta, que el resto de la humanidad utiliza en algunas ocasiones, es permanentemente sostenida en una de las manos del púberis para realizar imágenes de su rostro en diferentes poses y con una variedad de mohines extraordinaria. Con el tiempo, el susodicho objeto y la extremidad conforman una especie de callo que hace imposible su separación, a excepción de la vía quirúrgica.
Aun es un misterio el objetivo de estas actividades, ya que no parecen constituir rituales de apareamiento, útiles para la reproducción de la especie. Creemos que resulta imposible que una pareja de estos individuos mantengan relaciones sexuales, y menos si encuentran un espejo en las inmediaciones. Tampoco acertamos a entender cómo harán para retirar la cámara de fotos en estas situaciones, aunque tenemos la impresión de que no lo hacen, y en el caso de completarse la actividad amatoria, dejan constancia de ella con imágenes varias.
El contacto entre individuos de la misma especie se realiza mayormente a través de mensajes en código, por intermedio de sistemas inalámbricos de comunicación (llámese SMS, chat o cualquier sucedáneo de éstos). Este tipo de lenguaje aún no ha sido decodificado por los estudiosos, aunque su estructura parece consistir en palabras con el mínimo de fonemas posible. Por otro lado hay una gran profusión de interjecciones como "jaja", "jeje", "jojo", que utilizan para expresar sus emociones, así como de íconos formados por letras y signos de puntuación, como =) :$ (L) :P que tienen el mismo fin.
Por último, queremos dejar constancia que el origen de esta especie es a todas vistas desconocido e inexplicable. Sus antepasados y antecesores directos no pertenecen a una especie en particular, y mucho menos pertencen a ésta. Puede tratarse, indistintamente, de individuos pertenecientes a especies como el humanus jipongo sucius, el fachus recalcitrantis, e inclusive el comunistus aburguesadus.
Creemos entonces, que el origen del púberis floggerianus es una adaptación involutiva producida por los cambios en el ambiente. Desconocemos si existen descendientes de la especie y qué características presentan los mismos, pero continuaremos nuestras investigaciones.
Esperamos, humildemente, haber contribuido a la expansión del conocimiento humano. Ese es nuestro principal cometido.
Hasta la próxima entrega.