Hubo un tiempo en el que para llevar la música con nosotros debíamos cargar con unos bodoques infames de proporciones descomunales, y que sólo nos permitían escuchar casetes, con un máximo de 15 temas. Los menos afortunados, encima, debíamos cambiar el casete de lado manualmente porque nuestra economía no daba para el walkman con todos los chiches.
Hoy podemos cargar con toneladas de música en un bolsillo. Pero hay ciertos homúnculos a los que debería prohibirse el uso de estos aparatos.
1. El sordo estereofónico
Estás en la subte. Son las 7 de la mañana, hora en la que sólo puedes atinar a insultar al mundo en todos los idiomas existentes. Querés dormir, pero a tu lado un púber imberbe escucha música. Tiene los auriclares puestos, pero eso no quita que todo el vagón pueda escuchar perfectamente la letras del reggaetón con el que inmola sus células cerebrales (y las tuyas).
Estimado humanoide: los auriculares son unos aparatitos diseñados justamente para que tu mal gusto musical no se expanda al resto del planeta tierra. Te agardeceríamos que bajes el volumen, o te quedarás sordo, pero a base de patadas voladoras a la cabeza.
2. El sordo estereofónico aullador
No contento con hacernos escuchar la porquería con la que ha decidido derretir sus tímpanos, este tipo de homúnculo además canta. O más bien, aulla. Para desgracia de todos los pobres diablos que lo rodean, los sonidos que emanan de las fauces del sordo estereofónico aullador son comparables al que realizan las hienas en celo y con colitis.
Esperamos que un día de estos el cable de los auriculares se te enrede en el cuello y produzca la ablación de tus cuerdas vocales. Como verás, somos compasivos, por lo menos no te estamos deseamos la muerte.
3. El alienado
El alienado se incrusta los auriculares y se olvida que hay algo ahí afuera denomidado realidad. No importa si está compartiendo un viaje, comida o salida con alguna otra persona, que se convierte automáticamente en una piedra.
El alienado tiene altas probablilidades de morir aplastado por un camión, un auto, un ciclista, o inclusive los tres juntos, porque no podrá escuchar las advertencias para que se salga del medio de la calle. Bienvendio al mundo... Y adiós.
4. El indeciso
Este usuario teme morir aplastado por la tríada ciclista-camión-auto, por lo que, en un acto absolutamente inútil, decide desprender uno de los auriculares y dejarlo colgando de su cuello para escuchar lo que sucede a su alrededor con un oído mientras escucha música con el otro.
Craso error. Sus hemisferios cerebrales, imposibilitados de procesar tanta información junta, colapsarán, produciéndole una muerte horrible, que será observada por el camionero, el automovilista y el ciclista desilusionados por no haber podido pisarlo.
5. El DJ urbano
Definitivamente este es el peor tipo de usuario de reproductores de música que existe. No sólo pone el susodicho aparato a todo volumen sino que lo hace sin auriculares, musicalizando los lugares públicos sin que nadie se lo pida.
Ya te lo hemos dicho una vez, pero no vamos a dejar de repetirlo, la próxima vez que nos tortures con tu nulo sentido de la ubicación te incrustaremos los auriculares a mazazos.
Este fue otro servicio de Ciberviviendo, por un mundo menos insufrible.
2 comentarios:
AJJAJA buenísimo, me cagué de risa. Lo de las hienas en celo y con colitis es genial. Yo soy de los alienados! Siempre me salvo por un pelito jaajajajaj.
todos una manga de forros. trabajé de kiosquera y me enfermaba que vengan a comprar sin atinar a sacarse los auricu. IMBECILLLLLLLLLL
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