septiembre 06, 2010

Cuatro verdades nobles. Hoy: el contestador telefónico

1.Mejor callate
El 85% de los homúnculos enfrentados a la ardua tarea de dejar un mensaje en un contestador teléfonico, sufren de una anomalía neurológica repentina que los convierte inmediatamente en primates carentes de volcabulario comprensible. 
Por otro lado, la cantidad de latiguillos inútiles (como "eeeeh", "bueno", "llamame cuando puedas", "estemmmm") utilizados por el mensajeador es directamente propocional al nivel de estupidez que le aqueja al momento de  grabar el susodicho mensaje.
 
2. ¿Qué dije qué?
Debido a esta rara afección, el 60% de los humanoides anteriormente nombrados no recordarán qué catzos dijeron durante la grabación de su discurso oligofrénico. Gracias a la tecnología, estos propaladores de oraciones sin sentido podrán escucharse y regrabar la comunicación hasta quedar conformes con el resultado. Cosa que no sucederá jamás, ya que el nivel de sandeces emitido por segundo es directamente proporcional al número de intentos por decir algo más o menos entendible.
 
3. ¿Lobo está?
El 45% de los dejadores de mensajes, en especial si se trata de amigos desubicados, novios paranoicos y/o madres, ocuparán todo el tiempo de grabación preguntándole al destinatario de la llamada si se encuentra en la casa. Se trata del famoso mensaje "si estás ahí etc."
En el 90% de los casos el destinatario de la llamada  efectivamente estará ahí, realizando alguna tarea mucho más entretenida que hablar con su amigo desubicado, su novio paranoico y/o su madre.  
Los humanoides que comienzan sus mensajes preguntando "estás?" deberían sufrir la caída inmediata de un rayo sobre sus cerebritos (ya de por sí quemados). Y si son de aquellos que llaman repetidas veces, porque no le "creen" al contestador, directamente merecen una muerte lenta y dolorosa. 

4. No hace falta que demuestres tu idiotez, ya te conocemos
Cuanto más "gracioso", "divertido" y/o "original" es el mensaje de bienvenida de tu contestador, mayor es tu grado de imbecilidad.
Entre los grabadores de mensajes idiotas que merecen el cadalzo se encuentran: la parejita melosa recién mudada que todavía no conoce las hieles de la convivencia, y graba el mensaje a dúo; el nabo que se gasta 5 pesos más IVA para tener la voz de un Homero Simpson aquejado de fiebre tifoidea  en su contestador; pero por sobre todas las cosas, el homúnculo que graba un "hola" seguido de un silencio para reirse a costa del que llama (que cree haber sido atendido en vivo y en directo). 
Todos esos humanoides deberían ser encerrados en una cárcel de máxima seguridad en la que sólo escuchen el ruido de sus propios mensajes durante lo que les resta de vida.

3 comentarios:

La Grieta Diáfana dijo...

el otro día me escuché diciendo "ese humanoide merece una muerte lenta y dolorosa"... claramente contagiado.

La próxima vez que aparezca, te cito.

Unknown dijo...

Qué lindo! Nos encanta contagiar ese tipo de sentimientos. Nos sentimos realizados!!

Malhumoretti y Neptuno dijo...

Si hay algo que me pone de pésimo humor es tener que dejar mensajes. Muerte al CA.