enero 14, 2011

Estamos en contra

Y le rebanaríamos los deditos de a uno con la tapa de una lata de arvejas oxidada, a todos aquellos homúnculos miserables que nos hacen sonar el teléfono celular un par de veces y después cortan, para que uno los llame, con la excusa (a esta altura inverosímil) de que "se quedaron sin tarjeta".

Por las faldas de Fortuna, antes de desperdigar tu avaricia por el mundo, usá un teléfono público, matá al cocodrilo que tenés morando en el bolsilloy gastá cinco pesos roñosos, o abstenete de realizar la llamada. Eso, o la próxima vez que escuche que te quedaste sin tarjeta, te dejaré sin ganas de vivir a base de hacerte un piercing con un taladro hidráulico.
 
Muchas gracias. 

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