diciembre 30, 2010

Los 10 propósitos de año nuevo que olvidará el 2 de enero

LLega un nuevo año, y con él, un listado interminable de proyectos y propósitos que uno se hace, entusismado ante la vista de esas hojitas sin usar del calendario (ese calendario horrendo que nos regaló la vieja de la panadería). 
Algunos prometen empezar la dieta mientras empuñan una pata de pavita rellena como batuta. Otros aseguran que volverán a estudiar, eliminarán el cigarrillo de sus vidas, o dejarán el alcohol (esto último lo dicen absolutamente borrachos). 
Dos días después nadie recuerda esas actividades tan loables que prometimos realizar. Así nos va. 

Aquí, un listado de propósitos de año nuevo, al estilo de ciberviviendo: un poco nerds, un poco inútiles, y que sabemos nunca vamos a realizar.

1. Retomaré la actividad de mi blog -en coma hace varios meses- y postearé por lo menos dos veces por semana.
  
2. Limpiaré la casilla de mails laborales para que el chico de sistemas no tenga que trabajar horas extras cada vez que prendo mi computadora.

3. No llamaré al chico de sistemas sin antes apagar y prender repetidas veces el artefacto que no funciona (mitad para ahorrarle trabajo al susodicho chico de sistemas, mitad para no tener que escucharlo decir siempre lo mismo.)

4. Borraré los archivos supérfluos de mi PC, que está a punto de implotar por falta de espacio en disco.

5. No perderé la mitad del día jugando al Pet Society en Facebook y me dedicaré a ser más productiv@ en el trabajo.

6. Haré una selección de las 5000 fotos digitales que poseo y las enviaré a imprimir.

7. Pasaré el revisor ortográfico cada vez que envíe un mail, para no martirizar al resto de la humanidad con mi ignorancia supina.

8. No utilizaré el celular como método de tortura (por medio de la utilización de ringtones insufribles, la emisión indiscriminada de mensajes de texto inútiles, o la conversación con mis interlocutores a los gritos en el colectivo).

9. Antes de hacer click en "aceptar" leeré de manera completa los términos y condiciones de todas las redes sociales, aplicaciones y demás lugares en los que me anoto.

10. Sólo twittearé cosas inteligentes... esteee... bueno, más bien: no twittearé tantas estupideces por minuto.
Bueno, quizás deje de twittear, que va a ser más fácil.


¡Feliz 2011, cibervivientes!

diciembre 22, 2010

Luciérnaga curiosa

En estas navidades, oh querido festejante, en lugar de rompernos los tímpanos a base de petardos, cañitas voladoras y demás elementos pirotécnicos que nos obligan a escabullirnos debajo de la mesa junto al perro (aterrorizado y con ganas de suicidarse con las guirnaldas del arbolito) ¿por qué no optar por la belleza simple de una estrellita, o una bengala?
Estrellitas y bengalas cuyo principal atractivo es la posibilidad de hacer formas luminosas y correr por la calle convertido en un bichito de luz de proporciones descomunales y con problemas de motricidad: un verdadero espectáculo para toda la familia.
Y para mejorar aún más esta experiencia, tan simple y que no molesta a nadie (excepto que uno sea lo suficientemente nabo como para quemarse los dedos prendiendo la bengala al revés y cosas semejantes), hoy le presentamos una aplicación para IPhone destinada a captar esas "pinturas" hechas con luz.
Ahora sí: juegue con su cuñado a ver quién dibuja mejor la cara de pocos amigos de la tía Maruca. Escriba el nombre de la persona amada o insulte al vecino que le tira los carozos de cereza al patio, de forma original y artística.
Las posibilidades son infinitas. 
Pruebe, y después nos cuenta.
 

diciembre 20, 2010

Las noticias que no miramos (porque no existen)

Miles de floggers mueren porque "no les llega el agua al tanque"
Según un estudio realizado por una prestigiosa universidad, durante 2010, miles de jóvenes autodenominados "floggers" habrían muerto a causa de la escasa irrigación sanguínea que les llegaba al cerebro, motivado por el uso prolongado de pantalones demasiado ajustados, conmunmente llamados chupines.
Por otro lado, la mencionada casa de estudios, afirma que los serios trastornos de comunicación que presentaban los susodichos jóvenes -que les llevaba a decir palabras como "arre" cada dos segundos- también estarían provocados por esta moda malsana.
De esta manera, los números confirman que la desparición paulatina de este tipo de individuos en calles y shoppings de la ciudad no se debería al repentino alejamiento de Cumbio, su líder, que harta de su fama sin sentido se unió a las huestes del periodismo de investigación, o a que los susodichos  jóvenes se dedicaron a laburar (como rogaban sus progenitores, hartos de ver a sus retoños sacarse fotos como única actividad vital) sino a la extinción lisa y llana de los mismos.

 

 

diciembre 15, 2010

Prende y apaga

Imbuídos del espíritu navideño, ese tsunami que nos asalta cada año inundándolo todo de palabras melosas, cursilerías de toda laya, pobres diablos muriendo de hipotensión a causa de sus disfraces de Papá Noel -tan aptos para nuestras latitudes- y arbolitos de plástico lastimosos en cada rincón; hoy queremos dedicar este post a un invento navideño miserable si los hay.
Una creación del mismísimo Mefistófeles, un día en el que se levantó con dolor de callos plantales, y decidió torturar un poco más a la humanidad.
Un producto que debería ser prohibido por causar daños severos en la psiquis humana. En fin, una verdadera, lisa y llana ba-zo-fia.
Hablamos, queridos lectores, de las luces de navidad con musiquita.
¿A qué mente retorcida se le ocurrió inventar semejante artefacto? Y peor aún,
¿a qué cerebro destruído por exceso de pan dulce seco y champagne barato  puede pensar que es una buena idea adornar un arbolito de navidad con una ristra de luces que no sólo son horribles en su juego esquizoide de colores sino que además nos canta un villancico en taiwanés ad infinitum?
Jingle bells repetida hasta que nos estallan los oídos (o nos los hacemos estallar con un rompeportones). Qué hermoso.

La próxima vez que divisemos semejante afrenta a la dignidad  y conservación humanas, no dudaremos en destruir a patadas el susodicho arbolito y  pisotear sus luces cantoras, no sin antes acogotar con una guirnalda de colores al dueño de ese engendro navideño por carecer de gusto y de la más mínima decencia.
Están avisados.

Hasta la próxima.
Y felicidades.

diciembre 10, 2010

Haciendo el 4, por internet

Se vienen las fiestas. Esa época tan hermosa en la que millones de homúnculos corren desesperados a amontonarse en shoppings y centros comerciales de toda calaña para desperdigar el famoso espíritu navideño, que no se trataría de un sentimineto de amor a la humanidad, sino más bien de una compulsión repentina por el consumo desmedido de objetos, alimentos hipercalóricos y bebidas alcohólicas.
Bebidas que comienzan a circular por vasos (de vidrio y sanguíneos) mucho antes del 25 de diciembre, en las reuniones y fiestas laborales, en las que tanto jefes como empleados pierden todo sentido de la jerarquía y  -en el mejor de los casos- terminan bailando arriba de las mesas con la corbata cual vincha, al grito de "mueve tu cucu".
Frente a este escenario, que se repetirá año a año hasta el fin de los tiempos, un grupo de creativos ha desarrollado el test de alcoholemia online. Un invento destinado a resguardar la poca honra que le queda a esa gente que, no contenta con realizar el baile de la botella frente al presidente de la empresa, decide colgar la performance en youtube. O bien, sumido en los efectos de los tres litros de champange barato que se acaba de tomar, prende la computadora y hace público su amor por el gerente de recursos humanos comentando en su facebook que "lo partiría como un queso cuartirolo"; se saca fotos en tanga y se las manda por mail a su ex con el asunto "mirá lo que te estás perdiendo"; o decide hacer una composición titulada "Mi suegra" en la que realizará la semblanza de "esa vieja podrida que me hace la vida imposible y mataría sin dudarlo", entre muchos otros ejemplos.

El susodicho programa "mediante un simple test de coordinación determina si el internauta se encuentra apto para interactuar o no. Algunas de las pruebas consisten en identificar correctamente un grupo de luces intermitentes, o seguir con el cursor del mouse un dedo en movimiento." Si el usuario no supera la prueba, no se le permite postear.

Desde este blog abogamos por la creación de otros programas similares, que harán la vida de todos los ususarios de internet un poco menos miserables, a saber:
- detector de enano fascista (que bloquee comentarios del estilo de "hay que matarlos a todos" o "con los militares esto no pasaba", para diarios online, blogs y demás foros)
- detector de madre al teclado (que evite mails incomprensibles, cadenas y powerpoints pedorros)
- o el test de estupidez galopante.
Este último es el más revolucionario, ya que de funcionar, creemos que el 80% de los contenidos de internet desaparecían del mapa.
Incluido este blog.
Pero estamos dispuestos a sacrificarnos. Todo sea por lograr un mundo mejor.

Hasta la próxima.
Ciberviviendo, un blog que no sabe decir el abecedario al revés, ni aún estando sobrio.
 

diciembre 06, 2010

Creer o reventar


No sé qué mente podrida y retorcida se puede haber imaginado que una organización filantrópica como Facebook, destinada a mejorar a la humanidad toda, puede llegar a hacer semejante cosa.

Cómo podríamos no creerte Mark... Tú, que posees la base de datos personales más gigantesca de la historia. Base de datos que los propios usuarios asienten en aumentar, aceptando términos y condiciones que nunca jamás leen. ¿Quién podría pensar que toda esa masa de información acumulada en un sólo lugar puede ser utilizada con fines comerciales?

Te creemos Mark.
Acaso, ¿tenemos alguna otra opción?

diciembre 02, 2010

Tararara rará rará, tararara rará rarará

Este blog estrangularía sin piedad con sus propias manos a todos aquellos poseedores de teléfonos (ya sea empresas, humanoides con aires de importancia, y call centers de atención al cliente cuyos operadores se la pasan las 24 horas ocupados) que a esta altura del siglo XXI siguen poniendo bodrios tales como Para Elisa o El golpe como melodías de espera.

Pensándolo bien, estamos en contra de cualquier tipo de música de espera telefónica y/o mensaje grabado por un locutor, en el que se nos anuncia que los operadores se encuentran momentáneamente ocupados (el concepto de "momentáneamente" es particularmente extenso para cierta gente) o que nos relata las bondades de la empresa con la que estamos intentando comunicarnos (y que sabemos que son puro cuento, lo que justamente constituye el motivo de nuestra llamada).

Si no nos quieren atender, por favor, no nos torturen con una musiquita en loop para que salgamos corriendo a cortarnos las venas con el filo de una hoja de papel higiénico.
Si sus operadores están tan ocupados, contraten más, pedazo de miserables.
O bien, en una demostración de responsabilidad social empresaria, dejen un mensaje que diga "su llamado no nos importa en lo más mínimo, si así lo desea puede dirigirse a Magoya, que seguramente lo atenderá con mucho gusto".  Y problema solucionado.

Eso es todo.
Hasta la próxima.