Resulta que ahora lo más ultra archi moderno que se le puede pedir a una película es que sea en 3D. No importa si la trama es una bazofia, ni siquiera importa si es que hay algo parecido a una "trama"; lo mejor que puede tener un largometraje (siempre quise decir largometraje, como una erdiosita seria) son los efectos especiales que se te vienen encima, y parece que te tocan y todo eso.
Un rato está bien. Pero si a partir de ahora todo lo vamos a tener que ver con esos anteojitos (que te marean, son sucios y siempre te quedan mal puestos porque fueron diseñados por un niño de 4 años), decía, si todo será 3D, vamos mal.
Porque ya no sólo será el cine, también habrá TV 3D.
Imagínome un grupo de humanoides (varones mayormente) apostados frente a una TV, munidos de los anteojos reglametarios, medio beodos, y queriendo atajar una pelota, patear un penal o escupiendo al árbitro porque creen estar dentro del campo de juego.
Ah, ¿eso ya lo hacen sin 3D?
¿Ven?, entonces, ¡no lo necesitamos!
1 comentario:
solo iría a ver Toy Story en 3d
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