Se dieron cuenta!

Hace años luz abrí mi primer blog. Uno que ya tiene certificado de defunción hace rato y que no llegó a conocer mucha gente, porque más que nada lo utilicé como plataforma de prueba para ver de qué se trataba todo esto.

En ese momento hablé con una amiga de mi proyecto inminente y ella, siempre tan sabia y optimista, me dijo: ¡uuuuh, mirá que para configurarlo vas a tardar tres días!

Y así fue. 

En ese entonces si alguien me hablaba de "template" suponía que era una marca de zapatillas. Y el código html me daba terror de sólo mirarlo. Entonces, para darle un diseño más o menos apetecible a mi primer blog tardé como una semana. En algún momento leí que wordpress era mucho mejor en estas cuestiones, pero no me animé a cambiar, porque soy una persona muy leal (?)

Después de varios años de blogger y gracias al conocimiento que adquirí por mi trabajo, cambio mis plantillas cada dos minutos, despistando a mis lectores y auyentándolos por esquizoide (y por las pavadas que vierto sin filtro).

Toda esta introducción inútil, querido ciberviviente, es para decir que hoy he descubierto con alegría que a los señores de blogger , por fin, se les ha ocurrido hacer muchísimo más simple el proceso para modificar la plantilla de nuestros blogs.

Si se dirigen a la pestaña "diseño" dentro de su escritorio, en "diseñador de plantillas" verán tooodas las nuevas opciones que tienen. 

No sólo es más simple cambiar colores, fuentes y tamaños de los textos (más o menos lo único que se podía hacer antiguamente si uno no sabía que catzos era el html) sino que ahora se puede modificar la distribución y tamaño de las columnas, la imagen del fondo (hay muchas para elegir) y muchas otras cosas que les recomiendo investigar.

Ya no hace falta revolver entre los foros de internet buscando recetas y tratando de decifrar qué quiere decir o  por qué si hacemos todo tal cuál nos recomiendan los foristas finalmente nos queda un bodrio deforme que no tiene nada que ver con nuestras aspiraciones. 

O pasarse horas intentando cambiar algo mínimo, y ver cómo modificamos todo el resto menos eso que queríamos cambiar.

Al que más o menos sabe del tema, no le importarán estas nuevas aplicaciones. Pero para el novato, el que huye espantado frente a ese sinúmero de letritas y símbolos que le recuerdan a los jeroglíficos, o para los que simplemente no cazan una, es una muy buena noticia.

¡Era hora!